Después de pasear por medio Madrid cargado con un retrete, lanzando vivas a Duchamp, ofreciéndolo ¡por sólo! cinco euros y recibiendo dinero de la gente por contarles toda la historia, que en medio del desenfreno sexual te chupen un dedo puede resultar un gesto poco afortunado.
Y es que a veces las cosas se tuercen. Eso debió pensar el bueno de Tito en su primera incursión en la península, cuando pensaba que iba a probar las mieles godas:
Goda: ¡Anda, qué mono, un canario! ¿Y cómo haces para ir a Canarias?
Tito: ¿?... Pues… voy en avión…
Goda: Claro, porque en barco para saltar el muro chungo, ¿no?
Helo aquí, el muro, en toda su inmensidad, en naranja rodeando las Islas Canarias:
5 comentarios:
Esa noche habrá que narrarla en algún momento como se merece. El inodoro en procesión, el duelo de bailes de Pinto, las mujeres que nos olisqueaban, esas dos amigas -difícil distinguir cuál era la amiga fea- del acoso (y derribo, según parece) a Nihilia, el bailongo a la salida invitándonos a un partido de pádel... ¿así que al final te chupó el dedo?
Un chiste sobre chupar que dejo pasar, por ahí va... Prosigamos.
Recuerdo que dos noches antes, tres películas de zombies y dos IT Crowd´s después, me contabas anécdotas de la vida pendeciera de los grandes escritores españoles... pues esa noche debería tener una losa dedicada en el Callejón del Gato, para que transeúntes del mundo entero pudiesen acercarse en peregrinación a regarla.
Por muchas como esa.
Por supuesto, no creo que debamos aspirar a nada menos que a que meen en nuestra memoria.
Y, dejando chistes sobre chupar al margen (qué vulgaridad), también deberíamos empezar a cubrir esos ciclos temáticos si el asunto termina por consolidarse.
Aplaudo emocionado y levemente excitado, vaya usted a saber por qué, la propuesta.
De archivo no vamos mal, aunque ya es lo que nos faltaba... salir pensando en que tenemos que volver con algo bueno que contar... miedo me doy... miedo me dais... ¡Camarero! ¡Garçon!
P.D.: Prometo preparar un discurso decente para los tequilas, que el último improvisado dejó bastante que desear.
jajajjajajaj
esa anécdota ya me la sabía yo!!!
:)
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