miércoles, 24 de octubre de 2007

Pequeño saltamontes

Dijo el maestro a su discípulo:

"Éste es el final de nuestro camino. Ya no puedo enseñarte nada más. Hasta ahora he sido la gaviota que guiaba tu barca, pero ahora debes aprender a volar por ti mismo. Vuela, vuela pequeño saltamontes."

Y dijo Rajoy:
"Yo sé poco del asunto, pero mi primo supongo que sabrá. Me dijo: he traído aquí a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que hará mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?

Es un asunto al que tenemos que estar muy atentos, pero que tampoco lo podemos convertir en el gran problema mundial. Hay otros problemas más importantes como (...) los problemas de las emisiones y otros."

Y así fue como el discípulo superó por fin al maestro.

2 comentarios:

Timoteo dijo...

Como comentaba el otro día, Rajoy está a punto de convertirse en más gracioso que su guiñol, como el gran Josemari. Lástima que vaya a perder las elecciones y desaparecer junto con esos genios de la lengua que son Acebes y Zaplana.

PD: ¿Qué hace usted posteando a esas horas? No me irá a decir que encima estaba sobrio.

Nihilia dijo...

Bueno, y otro que debería empezar a salir de casa con un barquito de papel en la cabeza, la mano sobre el corazón y proclamándose Napoleón es Mayor Oreja, que se negó a condenar el franquismo, ya que "era una situación de extraordinaria placidez".

Joder, ¿qué clase de gente piensan que les vota?