A la espera de que arranque la cuarta temporada de Lost para aclararnos definitivamente si los guionistas son unos genios o una panda de flipados incompetentes a los que la criatura se les ha ido de las manos, la parrilla extranjera ofrece unas cuantas series con las que distraernos hasta enero. Haremos aquí un breve repaso de lo que hemos podido ver hasta ahora y qué conviene seguir.
En primer lugar hay que decir que ya ha terminado la segunda temporada de The IT Crowd, una desternillante comedia británica ambientada en el departamento de informática de una empresa. Si aún no has visto los doce capítulos de estas dos temporadas, deja de leer esto y ponte a la tarea: no hay nada mejor que puedas hacer esta tarde.
Entre los estrenos de este año, el único que me ha atrapado -aunque aún tengo pendientes de catar algunas series- ha sido Californication, las aventuras del Agente Mulder reconvertido a escritor de éxito incapaz de escribir una línea; entre palabra y palabra que no escribe se tira a todo lo que se mueva, intenta recuperar a la madre de su hija y aparecer como una figura paterna respetable para la pequeña. La cosa empezó con el listón muy alto, con varios pares de tetas en cada episodio, pero rebajó el tono tras un par de capítulos y ahora sólo hay escenas explícitas muy de vez en cuando, aun cuando la trama parecería exigir más. Sin embargo, Californication tiene más atractivos que mostrar carne: grandes diálogos, personajes bien dibujados, situaciones extremas. Esta noche se emite el último capítulo de la temporada.
Hay dos series que han vuelto por todo lo alto: Dexter y How I met your mother.
El primer capítulo de la segunda temporada de Dexter empezó dejándome dudas sobre si lo tirarían todo al garete intentando humanizar al protagonista, pero los guionistas han salido adelante con dignidad. Para quien no lo sepa, Dexter es un forense psicópata que en sus ratos libres se entretiene matando asesinos. Todo ello ambientado en un asfixiante y sudoroso Miami con una factura impecable. Y una de las mejores intros que se han visto en tiempos.
Por su parte, How I met your mother va por su tercera temporada. La serie recoge el testigo de Friends, pues de nuevo estamos ante cinco amigos que comparten piso y se reúnen siempre en el mismo bar, siempre en la misma mesa. También es una comedia ligera a base de enredos amorosos ambientada en Nueva York, sí. Pero es divertida: veinte minutos semanales de diversión sin compromiso. Cuenta además con el maravilloso personaje de Barney Stinson, un soltero irredento con una asombrosa habilidad para soltar perlas. Y tampoco hay que desdeñar la "innovación formal" de que cada capítulo sea una anécdota que cuenta Ted Mosby a sus hijos en el año 2030, con las posibilidades de saltos temporales que ello ofrece.
En septiembre volvió, cómo no, House M.D. con su cuarta temporada en la que podremos saber si realmente ha despedido a su equipo de toda la vida. La serie parece mantenerse en forma, incluso haber ganado algo de frescura con la introducción de nuevos personajes mientras se mantiene a la estrella de la función. Eso sí, que nadie espere un milagro: sigue ofreciendo lo mismo de siempre, para lo bueno y para lo malo. Yo sigo sin cansarme de las enseñanzas filosóficas que el médico me ofrece cada semana.
Por último, estoy siguiendo Heroes, aunque con desconfianza creciente. La segunda temporada ahonda en los defectos de la primera y pierde capacidad de entretenimiento cada capítulo con una trama por lo general bastante previsible. Esperemos que remonte.
Y tú, ¿qué series ves?