Desde aquí convoco un Concíbulo extraordinario para debatir el otorgamiento de un título nobiliario a Xoel López, más conocido por su proyecto Deluxe.
Soy consciente de la oposición que opondrá Segundo, que aún no le ha perdonado al gallego la frase "tus discos de platino me importan un pepino". A pesar de ello, creo que el chaval ha hecho méritos suficientes para obtener al menos un ducado. Entre sus logros cabe destacar:
- Una brillante carrera discográfica siempre ascendente (con crecimiento negativo en ciertos puntos, se podría argumentar), desde los inicios con aquel maravilloso I'll see you in London hasta su último disco, Fin de un viaje infinito, pasando por esa cumbre pop que es If things were to go wrong al completo.
- Cepillarse, presuntamente, a Amaral. Con el morbo que tiene. La presunción no ha sido confirmada por ningún medio o cotilla, pero es la explicación más plausible a la constante presencia de Xoel en el escenario de Eva, llegando incluso a reemplazar a su habitual pareja (artísitca) Juan Aguirre.
- ¿He mencionado ya cargos como Que no, Song for Ana o Extraña habitación?
- El concierto ofrecido el viernes en el Sonorama. Quiero decir, El Concierto del Sonorama. Aunque le pusieron en el escenario pequeño a tocar sólo tres cuartos de hora, el tío se llevó a toda la banda, que para esta gira ha incorporado trompeta y saxo en un acercamiento al sonido del disco. Sobre el escenario las melodías de sus compactos evolucionaron hasta explotar en un delicioso orgasmo de pop 'n rock, asombrando en cada desarrollo con un medido desequilibrio entre la potencia guitarrera y el cuidado en la instrumentación. Todo el público se aglomeró en torno a su guitarra hasta fraguar el concierto más apretado del festival. Después de aquello Los Planetas se disolvieron.
Habrá que estar atento cuando venga a Madrid.
¿Qué opinan, transeúntes?
2 comentarios:
Aplaudo su iniciativa de loar al bueno de Xoel, que a dos canciones del final ya se estaba lamentando de lo corto que se iba a hacer el concierto y que tiene el aplomo de tocar "Que No" la tercera.
Gran idea también crear un "Ministerio de la Aristocracia" para encumbrar a nuestros seres preferidos, eso si, previo pacto de vasallaje y reservándonos en todo momento el derecho de pernada que, por alguna razón, no incluimos en nuestra Constitución.
Bueno, la Constitución se puede modificar con el consenso necesario (3/2 de whisky y el resto de Coca-Cola). De todas formas, creo que bastaría con alguna ley ordinaria, o proposición no de ley u lo que sea. (El que domina los términos de leguleyo es usted.)
Puesto que ya formamos una mayoría, a la espera de que Segundo se manifieste, deberíamos empezar a debatir el título otorgado. ¿Duque de Pop? ¿Lord Directo? ¿Marqués de las Melodías? ¿Emperador del Sonorama?
PD: ¡Juan de Dios, escúpeme!
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