EL KIWI
No, no es un cojón con patas, es la mascota nacional de Nueva de Zelanda. Los zoólogos lo consideran un ave, por aproximación, pero tampoco crean que les gusta demasiado que saquen el tema. Analicemos someramente su fisonomía:
Un redondel gordo para el tronco y otro redondel más chico para la cabeza, ahí, innovando, un par de patas porque la mayoría de bichos vienen con alguna de serie, que en su momento se pensó en otros par de redondeles, un pico esmirriado y un par de alas como por compromiso, porque ya le habían puesto el pico y les sabía mal dejarlo sin alas, pero lo que es servirle para volar, nanay de la China.
Vamos, que tampoco se rompieron la cabeza para hacerlo. Más bien pareciera que, cuando terminaron de montar todas las especies, tuvieran un momento IKEA, se encontraran con que les sobraban unas cuantas piezas y decidieran que sí, que de ahí todavía se sacaban un pollo.
Obviamente, a la luz de la soluciones de diseño que se tomaron, cualquiera piensa que eso que contaba el tal Darwin era un camelo de los gordos, y ahora los creacionistas están convencidos de que tienen razón. Aún recuerdo cómo pude ver a un predicador exhibiendo uno de ellos en una vitrina, en medio de una conferencia, mientras le espetaba a los fieles:
-Si las especies evolucionan gracias a la ley del más fuerte y la mutación más útil, entonces, ¿¡Cómo demonios explican ESTO!?
Los murmullos de estupefacción se extendían por toda la sala, los hombres fruncían el ceño ante tal abominación, las mujeres gritaban y se desmayaban de la impresión, un par de personas cedieron a la histeria y huyeron desesperadas, proclamando la llegada del apocalipsis. Al fondo, una niña ocultaba su carita entre los bucles dorados de su pelo, coronados por un enorme lacito rosa, mientras se preguntaba entre sollozos:
-¿Por qué nos odia tanto nuestro Dios?
No se apiaden de los kiwis. Háganlo por ella. Háganlo por Shiny McCorky, quien perdió a su padre y sus cinco madres, tres de ellas hermanas también, a manos de dos kiwis pandilleros cuando iban camino de la Iglesia. Tras un duro día de trabajo en la granja, la familia McCorky se cruzó con los dos ovíparos que, poseídos por la drogaína, confundieron los restos de paja en la honrada ropa de los McCorky con deliciosos gusanillos y la emprendieron a picotazos con la familia entera. Ninguno de los McCorky pudo defenderse, fascinados ante la repugnante fisonomía de los dos amagos de ave. De sus cuerpos sólo se encontró una llave y los cinturones de castidad de las señoras McCorky. Gente buena y trabajadora que no merecía tal fin.
Háganlo por los McCorky. Háganlo por la joven Shiny McCorky, para que no pierda su fe y no abrace la prostitución. Háganlo por todos los McCorkys y todas las Shiny McCorky del mundo. Observen su mirada, ese abismo existencial, ese destello de maldad en lo más profundo de su ser y no lo duden: si alguna vez ven uno, piensen que su orondo cuerpo es una invitación a calzarse las Predator, empuñar el hierro del 15 o la pala de pelotari y deleitarse observándolos trazar una parábola en el aire. Señores de Greenpeace: no jueguen a ser Dios con los kiwis. Señores zoófilos: caben en una mano, no les digo ná.
A por ellos.
7 comentarios:
¿Qué cojones pasó con los animales por aquella parte del mundo? Yo creo que es un contintente de experimentos fallidos, de pruebas de diseño descartadas. Es la única forma de explicarse abominaciones como el kiwi o el ornitorrinco.
¡Malditos ornitorrincos!
Jajajaja! Completamente de acuerdo, sólo les falta tener ratamonos.
Kiwi, ornitorrinco...yo agrego uno mas, tb raro y feo. el demonio de tasmania, que solo vive en australia y sus habitos son algo extraños...lo de feo...solo hay q poner su nombre en un buscador...vease: google
=)
Desde luego, el demonio de Tasmania es otro de esos. Acabo de leer en wikipedia que se tiraron ochenta años para decidir en qué género lo metían, y por lo que veo terminaron por inventarse uno...
De todas formas yo con este no me meto, que tengo unos gayumbos rojos con el demonio de la Warner y temo por mi progenie, que bastantes probabilidades tiene ya de salirme lerda perdida por guardarme el móvil en el bolsillo...
Nihilia, muy divertido tu articlo, tambien muy imaginativo. Esto demuestra que no hace falta una buena historia, sino saberlo contar bien.
Vaya, pues muchas gracias, vaya piropo me lanzas, te lo agradezco. ¿Saber oir, saber contarlo? ¿O estoy perdido?
No, no estas equivocado, has hilado como yo esperaba.
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